Dicen que después de la tempestad viene la calma. Pero antes toca recoger, limpiar todo lo que este temporal -y son ya tres las borrascas consecutivas que han azotado las Canarias- ha dejado en las islas. Las calles, solo pobladas por los operarios de la limpieza, son el escenario de los destrozos causados por la fuerza de la naturaleza, como las cabinas telefónicas que el viento ha arrancado y empujado contra los coches. Un viento que ha seguido soplando con fuerza esta madrugada, llevándose por delante todo lo que ha encontrado a su paso: farolas, vallas... Más de 300 incidencias se han atendido en las últimas 24 horas. Y el mar, impetuoso, ha seguido rugiendo, después de que ayer dejara a la deriva hasta cuatro gabarras en Fuerteventura. Hoy seguirá soplando el viento pero se espera que amaine, por eso se retoman las clases en todos los centros. Seguirá lloviendo, pero con menor intensidad.