Un gimnasio regala el acceso de por vida a un niño refugiado que se quedó mirando a los deportistas desde la calle

La foto se viralizó rápidamente el pasado dos de enero. Mohammed, un niño refugiado que trabaja limpiando botas en la ciudad turca de Adiyaman fue captado por la cámara de un móvil en el instante en que miraba desde la calle a los deportistas que entrenaban en un gimnasio. El autor de la foto es Omer Yavuz, un carpintero de 28 años. La imagen del contraste entre la pobreza del niño y los usuarios del gimnasio al otro lado del cristal conmovió a las redes sociales. Tras miles de compartidos, el dueño del gimnasio, Mustafa Kucukkaya, pidió ayuda para encontrar al chaval prometiendo un acceso vitalicio al gimnasio. Mustafa ha contado a los medios que él también se crió en la pobreza y por ese motivo la imagen de Mohamed le ha conmovido especialmente. Finalmente, el niño ha sido encontrado y el gimnasio ha cumplido su promesa.