La estadounidense hizo un ‘tour’ a través de sus redes por su nuevo hogar, una embarcación en el puerto de Los Ángeles, y demostró que su vida es mucho más sencilla de lo que cabría esperar. La entrada al barco es lo más complicado, hay que ir con mucho ojo de no meter la pata y acabar en el agua: “Cada vez que paso por aquí, temo por mi vida”.
La ruta continúa dentro de la embarcación, a la que no le falta de nada: baño, habitación, una pequeña cocina… El ‘tour’ termina en la proa del barco, a la que Aly llama “su salón”, y termina haciendo hincapié una vez más en que ni tiene lujos ni los necesita: “Vivo en un barco, pero glamour y ‘fancy’ nada”.