Mucho se ha opinado ya sobre la actuación de Amaia y Alfred en el Altice Arena de Lisboa el pasado sábado 12 de mayo. No voy a añadir más leña al fuego. Si la intención era ver a dos cantantes recién llegados al mundo de la música hacerlo lo mejor que saben, estupendo. Si lo que se quería conseguir era una apuesta más que digna para uno de los países que se toma Eurovisión muy en serio, entonces se podría calificar de inexistente el trabajo realizado. Al menos yo lo veo así.
No obstante, mi carta no va dirigida a la delegación española, a productores o a los extriunfitos. Ellos ya tienen lo suyo y les deseo lo mejor. Mis palabras van para esas personas que viajarán por Europa los próximos años abanderándonos y llevando nuestra música a las casas de todo el mundo.
Me gustaría que tú, futuro representante de España en el Festival de Eurovisión, te tomaras en serio tu trabajo y cuidaras hasta el más mínimo detalle de todo cuanto haces los meses previos a la gran final. Ojalá disfrutes pensando en el vestuario que vas a llegar, en el plano o juego de luces que te gustaría ver a cada segundo de la canción. Espero que llames a los mejores profesionales y tu ilusión les contagie a ellos. Tan solo realizando un buen trabajo en equipo conseguirás que todo un país y los eurofans estén orgullosos de tu buen hacer, independientemente del puesto. Porque, aunque se les llene a otros la boca al decir que “el puesto no importa” o que “la posición es una mierda, pero no pasa absolutamente nada”, la verdad es que sí, y mucho. Importa el trabajo bien hecho, ¿sabes por qué? Porque a Eurovisión se va a trabajar y, por tanto, a competir.
Ojalá te ilusiones, escuches, leas comentarios constructivos y converses con todas esas personas que te quieren ayudar.
Por último, te voy a pedir un solo favor: si eres de esos a los que eligen a dedo y no le hace ilusión participar en Eurovisión, no lo hagas. Te aplaudiremos si tienes la valentía de confesar que te falta preparación o no quieres. La honradez te beneficiará.
Ojalá...