Atendiendo a los datos, un número significativo de las víctimas por violencia homófoba deciden no denunciar las agresiones sufridas. Rubiño apunta que “hay unidades la policía donde no te atienden en buenas condiciones”, y señala al miedo a no ser entendido o despreciado como la principal causa de esta lacra: “las personas LGTB interiorizamos la violencia contra la que hemos luchado siempre”.
Eduardo sufrió en sus propias carnes la ira de la violencia homófoba, cuando recientemente recibió insultos homófobos cuando viajaba en metro junto a su pareja. El diputado insiste en la necesidad de no callarse y visibilizar las situaciones de desigualdad y abuso. Además, hace hincapié en los muchos casos que suceden a diario y no reciben el mismo tratamiento mediático: “al día siguiente de que me pasara esto hubo una chica trans que fue agredida en el centro de Madrid”.
Para Eduardo, es importante abordar un tema tan delicado teniendo en cuenta la educación recibida desde la infancia. Los insultos homófobos, por ejemplo, están a la orden del día en cualquier centro escolar: “la palabra ‘maricón’ es algo que vemos desde pequeños, puede afectar a tu subjetividad y es algo contra lo que es difícil rebelarse”.