Cada una de las millones de muertes provocadas por el tabaco cada año esconde una historia de pérdida y tristeza que no siempre percibimos. La de Rosi, que perdió a su marido por un cáncer de pulmón, es una de ellas. Madre de una hija de 10 años, admite la responsabilidad del que se lleva un cigarro a la boca, pero también exige a la industria tabacalera que asuma su parte de culpa como suministrador del producto.