Lo más importante a la hora de contestar a esta pregunta, es saber diferenciar entre hambre y apetito. La ansiedad es uno de los factores más comunes, la mayoría de la gente opta por restringir muchas calorías de cara al verano o a otras fechas importantes y el organismo lo nota, por lo que se incrementa la sensación de hambre. Lo muy restrictivo no es adecuado, ya que provoca el efecto contrario, intensificando la sensación de ganas de comer.