Historias de Boxeo (V): Si Dios boxeara, lo haría como Salvador Sánchez

mtmad.es 10/05/2018 14:06

¿Qué hubiera pasado si Michael Jordan no se la hubiese jugado contra Utah, a falta de cinco segundos, en las finales de la NBA de 1998? ¿Qué hubiera pasado si Pelé y Maradona se hubiesen enfrentado en la final de un Mundial? ¿Cómo sería una subida al Alpe d'huez entre Induráin, Eddie Merkx, Bernard Hinault y Bahamontes?

A menudo nos perguntamos qué hubiese sucedido de haberse dado las circunstancias que surgen en nuestra imaginación. En ocasiones resultan ejercicios de ficción tan remota que solo la envergadura de los protagonistas puede convertir la idea en fantasía mítica. En otras ocasiones, los caprichos de la vida son los que nos privan de lujos visuales como estos.

Afortunadamente, en el resto de deportes hemos podido disfrutar de la coexistencia de Cristiano Ronaldo y Leo Messi; la de Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic; o la de Lebron James y Stephen Curry. No está nada mal. Pero en el mundo del boxeo siempre nos quedará una espiinita clavada. Una espinita cuyo protagonista es Salvador Sánchez, el ídolo de Jero García.

La vida de Sánchez, nacido en Santiago Tianguistenco (México) en 1959, se transformó en plena adolescencia en la estrella de todo un campeón del mundo de boxeo. De hecho, su trayectoria con apenas veinte años repercutía en la sociedad de su país convirtiéndolo en un auténtico héroe nacional.

Esta categoría vino aumentada cuando, en 1981 en el Caesars Palace de Las Vegas, Salvador Sánchez envió a la lona a Wilfredo Gómez, puertorriqueño que había sido -hasta la fecha- azote de los púgiles mexicanos. Wilfredo había advertido a 'Chava' que le tiraría en el octavo, pero la película se volvió en su contra desde los primeros compases del combate.

Un año después, Salvador Sánchez fallecía en un accidente de tráfico dejando atrás un legado breve pero rico en triunfos, rico en seguidores y con un deseo imposible a la altura de los principales mitos de México: ¿que hubiera pasado si Salvador Sánchez se hubiese enfrentado a un joven emergente también en aquella época llamado Julio César Chávez?